Sunday, April 19, 2009

I wanna be a Macho Man!


La “representación” camp de la masculinidad en la identidad gay-leatherAlineación a la derecha

por Alfonso Ceballos Muñoz

Desde los años 50 se venía fraguando la imagen del “macho” promocionada por los medios de comunicación de masas y convirtiéndose así en toda una convención cultural. Dicha convención reside en el cambio cultural respecto al cuerpo masculino producido en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y los años de la post-guerra. La exhibición de poder, vigor, fuerza y masculinidad agresiva favorecía una imagen nacional que regresaba al antiguo mito de los conquistadores del oeste: hombres rudos, fornidos y arrojados que con trabajo y sudor consiguen levantar un país. Michael Bronski lo especifica de esta forma:




La presentación del cuerpo masculino en la cultura norteamericana comenzó a cambiar después
de la Segunda Guerra Mundial. Los hombres que regresaban de la contienda se sentían más a gusto con su aspecto físico. Las fotos en revistas como Life y Look mostraban soldados y marines (casi todos de raza blanca) informalmente descamisados o haciendo gala de cuerpos musculosos trabajando en la base o en el frente. Después de la guerra, que los hombres cubrieran sus torsos en la playa era una práctica aceptada, moda que cambió cuando las fuerzas armadas, en un intento por conservar su personal, distribuyeron sólo bañadores para sus tropas. (cfr. Bronski 1998:89).





Desde entonces, la publicidad, el cine, las artes figurativas y la música contribuyeron a construir una imagen consciente de la masculinidad, al poner el énfasis sobre todo en códigos heteropatriarcalmente asumidos y al elaborarlos con patrones comportamentales marcados como viriles. La masculinidad se leerá por lo tanto como “no-debilidad” y, así asociada a valores tales como la fuerza, el control, la impasibilidad y la agresividad.


Son los Estados Unidos, que no tienen rival cultural, los que indiscutiblemente han impuesto al resto del mundo su ideal de masculinidad. Como ejemplos significativos nos remontaremos en el tiempo hasta tres iconos culturales norteamericanos que han servido de modelos cooperando en la construcción de esta hipervirilidad y que posteriormente fraguarán en la identidad gay-leather: Marlon Brando en la películaSalvaje, el vaquero de Marlboro y, ya en los años 80, Arnold Schwarznegger como Terminator.



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